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Sexualidad – Niños Sanos http://xn--niossanos-m6a.com Revista especializada en salud infantil Thu, 18 Feb 2016 20:36:05 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.4.4 La necesaria educación menstrual http://xn--niossanos-m6a.com/la-necesaria-educacion-menstrual/ http://xn--niossanos-m6a.com/la-necesaria-educacion-menstrual/#respond Thu, 18 Feb 2016 19:53:54 +0000 http://xn--niossanos-m6a.com/?p=264 Lo primero que quiero dejar bien claro es que las mujeres de nuestra cultura no hemos recibido educación menstrual. Y no estoy hablando sólo de las que a día de hoy son abuelas o bisabuelas y recuerdan con amargura el día en que empezaron a sangrar y no sabían qué les pasaba porque nadie les había explicado nada sobre el ciclo menstrual. También me refiero a las que ahora somos chicas y madres y que tan sólo hemos recibido instrucciones sobre cómo utilizar pañales menstruales pero seguimos sin entender nada de lo que vivimos durante los aproximadamente 35 años que dura la etapa fértil.

‘La educación menstrual es entender el ciclo menstrual para sentirnos seguras y empoderadas’

La menstruación es más que una compresa
La educación menstrual es mucho más que enseñar a colocarse la compresa. Es entender el ciclo menstrual en todas sus dimensiones con el fin de que nos sintamos seguras y empoderadas mientras lo transitamos. Es comprenderlo e interiorizar su naturaleza cíclica. Es aprender a escuchar el ritmo menstrual para bailar como queramos en cada momento.

Concretamente, quiere decir conocer las etapas vitales de las mujeres y sus características: infancia, adolescencia, etapa fértil (en la que se alternan ciclos menstruales y ciclos reproductivos), menopausia y madurez. También significa entender qué ocurre en cada fase del ciclo a nivel del aparato sexual, el pensamiento, las emociones, la intuición, la sexualidad, el cuerpo, la espiritualidad y las relaciones sociales, y aprender a cooperar con el potencial que tenemos en cada una de ellas.

Es imprescindible saber leer en nuestro cuerpo cuándo ovulamos para poder detectar los dos polos: el de máxima apertura (ovulación) y el de máximo recogimiento (menstruación). Al mismo tiempo, necesitamos tener un conocimiento detallado del proceso de ovulación con tal de saber cuándo y cómo nos podemos quedar embarazadas y cómo podemos evitar, propiciar y detectar el embarazo.

Finalmente, también quiere decir mostrar las diferentes maneras en que se puede gestionar el sangrado: empezando por explicar que las mujeres tenemos la capacidad de controlar la expulsión de la menstruación y decidir dónde hacerlo sin utilizar pañales menstruales ni manchar (lo que se conoce como sangrado libre), y siguiendo por mostrar las diferentes opciones de pañales menstruales que existen: compresas de tela, compresas de un solo uso, copas menstruales y tampones.

woman-1122956_1920El poder de las madres: romper la cadena
La mayoría de las madres sabemos muy poquito sobre estas cuestiones, así que seguimos legando a nuestras hijas lo que en su momento mamamos de nuestras madres: el silencio, el desprecio y la vergüenza hacia el ciclo menstrual, abocándolas a una absurda y dolorosa lucha en contra de su naturaleza cíclica.

Para romper esta cadena de desinformación e infravaloración del propio potencial hace falta que las mujeres conozcamos nuestro ciclo menstrual y aprendamos a cooperar con él. Una vez hayamos digerido e interiorizado estos conocimientos los transmitiremos espontáneamente a nuestras hijas e hijos y a nuestra pareja.

‘Para romper la cadena las mujeres debemos aprender a cooperar con nuestro ciclo.’

El poder de los padres: valorar y acompañar
Pertenecemos a un momento histórico en el que prevalece la idea de que la menstruación hace que las mujeres tengamos reacciones incontrolables y destructivas que dañan a nuestros seres queridos y minan nuestras relaciones de pareja. Y de hecho, a menudo es así cuando no se entiende el ciclo menstrual ni se sabe cooperar con el potencial que ofrece cada una de sus fases. Sin embargo, una vez se comprende el ciclo, éste se transforma en un gran regalo para la relación de pareja, y en vez de destruirla la fortalece y la hace crecer.

La tarea de los padres es la de aprender a escuchar las necesidades de su pareja en cada fase del ciclo y acompañarlas con amor y respeto. Es aprender a valorar el momento premenstrual en que su compañera pone encima de la mesa todo lo que no funciona en la relación y a no tener miedo a la intensidad emocional e intuitiva de las fases premenstrual y menstrual. Su modelo es el legado que dejarán a sus hijos e hijas.

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La mejor edad para la educación menstrual
Las niñas y niños de 0-2 años sienten una gran fascinación por mirar qué expulsa el cuerpo de la madre cuando se sienta en el wáter: aún no tienen ningún prejuicio hacia la caca, el pipi, el flujo vaginal o la menstruación. Esta curiosidad libre de manías es un preciado tesoro para poder educar un ámbito de la vida que más adelante quedará vetado por el tabú cultural.

El hecho de que las hijas e hijos vean la regla y el flujo vaginal facilita que la madre pueda hablar del ciclo menstrual in situ, en el momento en que la vivencia despierta su curiosidad, y no desde lo abstracto, de forma desvinculada de la experiencia directa. También permite normalizar el ciclo e integrarlo en la vida de la pequeña o el pequeño. Finalmente, contribuye quizás a algo aún más importante: que las hijas e hijos cataloguen la sexualidad como un tema del que se puede hablar con sus madres.

‘La preparación para la primera regla de las hijas empieza en su nacimiento’

Preparar las niñas para la primera regla
Por tanto, la preparación para la primera regla de las hijas empieza en su nacimiento y no a los ocho o diez años, como solemos imaginar, edad en la que llegaríamos terriblemente tarde. Dicho lo anterior, cuando la niña empieza a experimentar los primeros cambios de la pubertad hay que actualizar estos conocimientos y hablar de ello a menudo para que pueda vivir con seguridad y confianza su transformación en mujer cíclica.

El día de la primera regla es importante hacer una celebración del inicio del ciclo menstrual en la que la acompañaremos y le daremos recursos para que se sienta bien en su paso a esta nueva etapa. Puede ser simplemente ir a tomar un chocolate caliente con la madre o hacer una gran fiesta invitando a todas las mujeres que son importantes para ella. Eso sí, hay que organizarlo con ella para que se sienta cómoda e ilusionada.

¿Y los niños?
Los niños también necesitan educación menstrual para saber acompañar y entenderse con todas las mujeres cíclicas que forman y formarán parte de su vida. Necesitan exactamente lo mismo que las niñas pero, evidentemente, sin la celebración de la primera regla. Si en cada fase del ciclo la madre comparte cómo se siente y cómo necesita ser acompañada, a la vez que el padre (o referentes masculinos) sabe escuchar y acompañar sus necesidades, el niño tendrá unos valiosos recursos para tratar con las mujeres.

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¿En qué piensan los bebés cuando tienen una erección? http://xn--niossanos-m6a.com/en-que-piensan-los-bebes-cuando-tienen-una-ereccion/ http://xn--niossanos-m6a.com/en-que-piensan-los-bebes-cuando-tienen-una-ereccion/#comments Tue, 24 Nov 2015 16:07:32 +0000 http://xn--niossanos-m6a.com/?p=231 ¿Qué te imaginas que piensa un bebé cuando se toca los genitales y tiene una erección dentro del útero materno? No se trata de una pregunta con una finalidad morbosa o retorcida, simplemente es un buen ejercicio para darnos cuenta de que el ser humano tiene sexualidad en todas sus etapas evolutivas y para acercarnos a cómo los niños y niñas la viven.

La respuesta es más sencilla de lo que parece: no piensa, simplemente siente. No hay una historieta erótica, ni una imagen sensual, ni el morbo de fantasear con lo prohibido, simplemente hay sensaciones agradables o desagradables en el cuerpo y en el presente. El pensamiento racional aún no existe y no hay material cultural ni vivencial para crear fantasías ni establecer qué se puede hacer y qué no.

La sexualidad se construye
Pero permitidme ir un poco más allá y plantear otra pregunta. ¿Este bebé siente vergüenza de tocarse los genitales? Evidentemente, la respuesta es no. Es más, tampoco se siente culpable, ni sucio, ni mal hijo o hija, ni mucho menos cree que los reyes no le traerán regalos, ni que su madre ya no lo va a querer, ni que se tiene que lavar las manos antes y después de hacerlo. Todas estas ideas forman parte de la cultura sexual que hemos mamado los adultos, pero en ningún caso formaba parte de nuestra sexualidad cuando estábamos en el útero.

children-532749_1920Esta segunda pregunta nos ayuda a comprender que la sexualidad humana no es una respuesta innata sino que se va construyendo a través de la cultura en la que crecemos y de las experiencias que vamos viviendo. Es decir, una vez el bebé sale de la matriz y entra en contacto con el entorno cultural al que ha ido a parar, se va empapando como una esponja de la manera de entender la sexualidad que tiene esa cultura y, poco a poco, va adaptando su sexualidad a los nuevos requerimientos sociales.

‘La sexualidad humana se va construyendo a través de la cultura en la que crecemos’

Primer septenio: la adaptación cultural
Este proceso de adaptación cultural es especialmente intenso de los cero a los siete años, ya que durante este periodo podremos observar cómo la sexualidad de la niña o el niño pasa de ser una simple respuesta innata a haber acabado el proceso de adaptación a la cultura de acogida.

Durante los primeros años de vida la sexualidad de la niña o el niño se parece mucho a la que tenía dentro del útero y, por esta razón, aún no siente vergüenza ni busca intimidad para tocarse los genitales. Lo hace siempre que se los encuentra y siente una sensación agradable: cuando le cambiamos el pañal, cuando está desnudo en la playa, en medio de una reunión familiar. De hecho, no lo hace más a menudo porque tiene un cinturón de castidad que se lo impide: el pañal. Y estas caricias y exploraciones van acompañadas de una respuesta física, como ocurre en cualquier otra etapa vital, es decir, de una erección.

Pero poco a poco se va empapando de cultura de su entorno inmediato y aprende por imitación y a través de los límites de los adultos que en nuestra cultura los genitales no se pueden tocar en público o que no se tienen que tocar nunca, dependiendo de la familia. Esta idea irá calando lentamente hasta que la conducta de tocarse en público desaparezca definitivamente, aprendizaje que se suele alcanzar entre los cinco y los siete años.

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Una pieza clave
Las madres, padres y otros adultos que acompañamos niñas y niños somos sus principales transmisores de cultura, así que somos una pieza clave en el desarrollo de su sexualidad desde su nacimiento. Nuestro modelo, el acompañamiento de sus conductas, emociones y necesidades sexuales y el espacio de juego que les preparemos serán bastiones de la sexualidad que experimentarán a lo largo de la vida.

‘Tenemos un inmenso poder sobre la sexualidad de los más pequeños’

Debemos tomar conciencia de este rol y del inmenso poder que tenemos sobre la sexualidad de los más pequeños y plantearnos qué les queremos transmitir: una cultura que relegue la sexualidad a lo desconocido y prohibido o una cultura que integre la sexualidad como un ámbito más del ser humano que hay que conocer bien, amar y desarrollar.

Actualmente, la mayor parte de los padres nos encontramos a medio camino entre uno y otro paradigma, pensamos racionalmente como el segundo pero a menudo acabamos actuando en base al primero. En esta sección facilitaré recursos que nos ayuden a revisar nuestra propia sexualidad y el acompañamiento que hacemos de la de los pequeños para poder llevar este nuevo paradigma a la práctica.

Una pequeña aclaración para los que en estos momentos os estáis preguntando si habéis leído bien las palabras bebé, útero y erección en la misma frase:
A finales del primer trimestre de gestación ya se desarrolla todo el aparato sexual, es decir, todos los órganos sexuales y todas las terminaciones nerviosas que nos permiten tener sensaciones en los genitales. Y una característica del pene y el clítoris es la erección, de manera que este fenómeno físico tan sorprendente y divertido se da desde la etapa uterina.

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