El microbioma humano está formado por billones de microorganismos que han convivido con nuestro cuerpo a lo largo de la evolución y que son fundamentales para la vida y la salud humana. Necesarios en numerosos procesos biológicos, como los procesos metabólicos y funcionamiento del sistema inmune, su configuración es crucial y cualquier cambio en su composición, cantidad o diversidad, puede dar lugar a problemas de salud en la edad adulta o infantil.
El conocimiento sobre la constitución del microbioma infantil es de gran relevancia, ya que en determinados casos su modificación podría evitar la aparición de enfermedades infantiles y de la edad adulta. Los primeros años de vida son una oportunidad para prevenir problemas de salud asociados a un ecosistema bacteriano pobre. Las nuevas líneas de investigación se centran en los tratamientos con transplantes fecales y adiministración de probióticos para mejorar la salud de los niños y adultos afectados.
‘El parto eutócico y la lactancia materna, principales mecanismos de formación y protección de la microbiota del bebé’ |
Un estudio reciente ha demostrado que los bebés que sufren alteraciones en cuatro tipos concretos de bacterias intestinales durante los primeros 100 días de vida tienen más riesgo de desarrollar asma. A la espera de nuevas investigaciones que confirmen los resultados obtenidos, se abre una vía de esperanza para una enfermedad que afecta a 300 millones de personas en todo el mundo. Estos resultados podrían contribuir al diseño de nuevas pruebas de detección precoz y a la identificación de nuevos tratamientos basados en la administración de probióticos para su prevención.
Hasta ahora se pensaba que la microbiota se comenzaba a adquirir en el momento del parto, pero investigaciones recientes sitúan a la placenta materna como la primera fuente de adquisición, ya que el feto convive dentro de la placenta con una comunidad de bacterias similares a las de la boca, que dan forma a su salud e influyen en el curso del embarazo.
El tipo de parto y lactancia pueden modificar la composición de la microbiota intestinal del neonato. El parto eutócico (parto vaginal normal) y la lactancia materna prolongada se revelan como los principales mecanismos de formación y protección de la microbiota intestinal de los recién nacidos. Otros estudios confirman que la suplementación de probióticos en las madres y los neonatos puede aumentar los géneros Bifidobacterium y Lactobacillus en el intestino del recién nacido.
Referencias:
http://stm.sciencemag.org/content/6/237/237ra65
https://www.arsmedica.cl/index.php/MED/article/view/53